Hoy vengo a hacerte una confesión.
Además del Celta de Vigo y la NBA, soy un apasionado de la serie estadounidense Mad Men.
Y no solo por su trama, el contexto en la que está producida y el don de Don Draper (valga la redundancia) para salir airoso de cualquier problema que se le presente.
Todo eso me gusta, pero lo que ha hecho que Mad Men se convierta en una de mis series favoritas (y, créeme, he visto muchas) es todo lo que me ha enseñado sobre copy desde el primer minuto hasta el último capítulo.
¿Quieres saber qué he aprendido y qué aplico día a día en mi trabajo?
Tú también puedes aprender copywriting con series y películas 🙂 Y esta es una muy buena si te estás planteando aprender copywriting desde cero.
Los dones de Don Draper
En primer lugar, quiero resumirte brevemente la serie. Tranquilo, sin spoiler.
La trama de Mad Men se desarrolla en Nueva York, durante los primeros años de la revolucionaria década de los 60.
Y digo revolucionaria porque en esta década tuvieron lugar acontecimientos (pacíficos y no tan pacíficos) como la llegada de Kennedy a la Presidencia de Estados Unidos y su posterior asesinato, la lucha por los derechos civiles, la crisis de los misiles en Cuba, la guerra de Vietnam, la llegada del hombre a la Luna y el asesinato de Martin Luther King.
Por cierto, otro acontecimiento que se produjo (y que a día de hoy, yo el primero, podemos agradecer enormemente) es la creación de ARPANET, una red de telecomunicaciones de la que deriva Internet.
Pero bueno, vayamos a la serie, que me voy por las ramas.
En este contexto, el publicista Don Draper (Jon Hamm en la realidad) lucha por mantenerse en la cima de la agencia Sterling Cooper, donde es director creativo. Aunque a veces se le presenta más de un problema…
Pues bien, ahora que sabes un poco en qué contexto se desarrolla la serie, te diré qué he aprendido yo de ella.
A decir verdad, desde el primer capítulo ya puedes detectar muchas enseñanzas que te vendrán genial en el copywriting (o, ¿por qué no?, también en otras profesiones).
¡Atento! Comienza mi listado.
1. Usa las frases y palabras de tu público
En copywriting, y en la comunicación en general, este punto es fundamental.
De nada sirve hablar si la persona que tienes enfrente no entiende qué le estás diciendo. La idea es que el mensaje que transmites sea descifrable por el destinatario.
Y esto se magnifica en el copywriting.
Nuestro deber como copywriters es generar textos que conecten con el público de nuestro cliente.
¿Y cómo sabemos cómo habla ese público? Estudiándolo. Analizándolo.
¿Por qué crees que insisto tanto en que definas tu buyer persona y lo analices?
Me refiero exactamente a esto.
Tu buyer persona tiene que convertirse en tu primo hermano. Debes saber a la perfección cómo viste, qué hace en su día a día, si tiene hijos o no, cuáles son sus hábitos de compra, qué expresiones usa al hablar con su familia, cómo se relaciona con sus amigos, si es consumidor de las redes sociales, si sigue algún blog, etc. Incluso, si me apuras, debes saber cómo huele y qué estilo de ropa suele vestir.
Solo cuando conoces todo eso, sabes cómo dirigirte a él, cómo puedes entrarle para que finalmente se decante por tu producto y no por el de la competencia.
En definitiva, si sabes qué lenguaje emplea, usa el mismo para dirigirte a él. Sentirá que lo entiendes y la complicidad entre vosotros surgirá.
A partir de ahí, estará más predispuesto a la compra. Y es que muchas compras se hacen por impulsos, y en los impulsos influyen mucho las emociones.
Si esa persona siente simpatía contigo, tendrá mayor impulso a comprar finalmente.
Por tanto, es fundamental que uses palabras que tu público usa (aunque en tu rutina diaria, con los tuyos, no las suelas emplear).
En Mad Men, esto pude detectarlo nada más empezar la serie. En los primeros 10 minutos ya había obtenido la primera enseñanza.
Seré breve. En la primera escena aparece el protagonista.
Don Draper en un restaurante. En pocas horas tendrá una reunión en la que debe presentar un eslogan para una campaña de cigarrillos. ¿El problema? Las ventas han bajado enormemente debido a la publicación de unos análisis sanitarios que advierten de los efectos adversos de fumar.
¿Cómo hacer que toda una sociedad se olvide de esas consecuencias y vuelva a consumir tabaco como si nada?
Seguramente, por la cabeza de Don pasaron mil y una ideas. Sin embargo, en todo momento tuvo en cuenta los testimonios de su público, qué significaba para ellos fumar. Solo así pudo dar con la clave y presentar una propuesta que no dejó indiferente a nadie.
(Ya sabes, corre a ver Mad Men y descubre qué pasó)
2. Aprovéchate de los testimonios
Si en este blog y en mis cursos he insistido sobre algo, ha sido precisamente en esto: en la importancia de conseguir testimonios de calidad.
Cuando una persona llega a tu web no sabe si puede confiar en ti o no. En Internet hay muchos timos, ¿por qué tu sitio es de calidad?
No basta con poner que es una web segura, con no sé cuántas ventas al mes, que cumple con sus plazos y que tiene garantía.
Eso ya lo ponen las páginas que resultan ser falsas.
Una de las formas de demostrarlo es incluyendo los testimonios de antiguos clientes.
Además de manifestar que otra gente ha confiado en tu página y ha probado tus productos, estarás aportando declaraciones de personas que están satisfechos con tus productos o servicios.
Es decir, los testimonios reafirman lo positivo de tu negocio, ya sea tu profesionalidad, que se cumplen los plazos de entrega, que el producto llega en perfectas condiciones y se corresponde con la foto de la web, etc.
Créeme. Un testimonio real puede ser el detonante para que una persona decida quedarse en tu web y no irse a la siguiente página.
Recopila los testimonios de tus clientes, ya sea buscando entre los comentarios o pidiéndoselos directamente a ellos.
¡Vamos! Da el paso decisivo para tener una web más profesional y aumentar tus ingresos.
3. Aprovecha cualquier momento para hablar de tu negocio
Con el panadero de la esquina, cuando vayas viajando en tren, cuando estés de turismo en otra ciudad…
Nunca sabes dónde puede estar tu próximo cliente.
Tal vez tu cliente ideal te está buscando, pero no sabe que existes. Por eso, como es improbable que llamen a tu puerta con el trabajo de tus sueños bajo el brazo, sé tú el que vaya a buscarlo.
Véndete.
Aprovecha cualquier situación para decir a qué te dedicas y qué puedes ofrecer a la otra persona para que mejore sus ventas.
Y, por supuesto, debes estar siempre predispuesto a conseguir ese nuevo cliente.
De nada sirve que cuentes a qué te dedicas, lo pintes todo de color de rosa y, cuando la persona que tienes enfrente se interesa y quiere contratarte, te quedes bloqueado.
4. Adáptate a los tiempos que corren
Aquí quiero hacer un inciso.
Debes adaptarte a los tiempos que corren, no quedarte desfasado, pero, además de eso, debes tener la capacidad de reinventarte y anticiparte a los cambios.
En Internet todo avanza a un ritmo vertiginoso.
Recuerdo cuando hace solo unos años todos nos comunicábamos por Messenger o usábamos Tuenti. ¿Dónde ha quedado eso?
Pues en el cajón de Internet.
Ahora los tiempos que corren son otros. Y seguramente, de aquí a unos pocos más, serán otros muy diferentes.
Por ello, sé muy consciente del momento en el que estás pero sé capaz también de adaptarte a los cambios que se vayan presentando.
Sigamos con el ejemplo anterior.
La agencia Sterling Cooper debía presentar el eslogan idóneo para convencer a toda una población de que fumar no tenía efectos adversos para la salud.
Apenas pocos meses antes, nadie se cuestionaba los problemas que podía acarrear fumar. Sin embargo, un día salen unos análisis y ¡bum! Toda la población preocupada por su salud e intentando dejar de fumar.
¿Qué hacen ahora las tabacaleras? Pues adaptarse a los tiempos y buscar una solución.
¿Qué planteó Don? Apostar por el tabaco tostado. Sí, sí, tostado. Solo con añadir esa palabra en su campaña de publicidad, consiguió que los estadounidenses se olvidaran de la alta probabilidad de padecer cáncer por fumar y volvieran a consumir cajetillas de tabaco diarias.
Como ves, si quieres salir de una crisis debes saber qué le preocupa a tu público y buscar una alternativa, un nuevo enfoque.
Reinvéntate. Ofrécele tu nuevo servicio, dile qué tiene de nuevo y deja claro que solventa todos sus problemas.
5. Los textos venden
Lo he repetido hasta la saciedad: los textos venden. Si no fuera así, no habría tantas personas en este sector.
Piensa en una web cualquiera. Puede que el diseño sea catastrófico, pero si los mensajes son claros y los textos son buenos, te aseguro que tendrá visitas y no serán pocas las personas que se detengan a leer y, finalmente, comprar, descargar un ebook o lo que sea que se ofrezca.
Sin embargo, por muy bueno que sea el diseño de una web, si los textos son pésimos, no deja claro qué se ofrece en el sitio y confunde al internauta… esa web va a hacer ¡cero patatero ventas!
Ya lo tenían claro en los años 60 y ahora, al menos yo, no puedo estar más seguro de ello.
6. No te quedes en lo superficial, profundiza
Quiero concluir este listado con algo que no solo debes aplicar en el copy, sino en tu día a día.
Seguramente sea una de las mejores cosas que me enseñó Mad Men: no te quedes en lo superficial. Exprime cada mensaje y saca todo su jugo.
Y tú, ¿qué has aprendido de Mad Men?
¿Qué te ha parecido esta recopilación de consejos?
Puedo asegurarte que todos ellos los aprendí con Mad Men y que por ello está en mi top 10 de series favoritas.
Ahora quiero saber si tú has visto la serie y qué has aprendido de ella. ¿Qué te pareció a ti?
Si aún no la has visto, te invito a que la saborees con las gafas de copywriter puestas.
Ver series y películas sobre el tema es un método efectivo (y divertido) para aprender copywriting desde cero.
¿Preparado para aprender copywriting?
Sofá, aire acondicionado a tope, ¡y acción! ¡Disfruta de Mad Men!
4 comentarios en “Qué aprendí de copywriting viendo Mad Men”
Muy buen post Javi, lo tendré en cuenta para un trabajo de ventas por redes sociales que estoy haciendo.
No tuve muchas cosas en cuenta, como mi Buyer Persona, que en mi caso su nivel sociocultural es bajísimo y, a riesgo de sonar clasista, prefieren alguien que escriba como ellos mismos y no un academicista obsesivo por el detalle. Seguiré atento a tus posts que tienen un material de oro para ese y otros proyectos que tengo.
¡Gracias, Nacho! 😀
A mi MadMen, el tema publicitario hacía que me gustara, pero el rollo de infidelidad de muchos personajes, que básicamente me parecen jilipollas y sentía bastante rechazo a sus acciones, me hizo dejarla de ver en la primera temporada.
Desde luego: una cosa es el contenido más puramente publicitario; la otra ya es más «salseo» y demás, y a priori ya no interesa tanto.. al menos a las personas que nos dedicamos a esto 😉